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Algunos consejos para cuando vamos a la playa.
Hábitos sencillos, pero que la mayoría no hace a causa de nuestra forma de vida estresada, porque “no tenemos tiempo” para preocuparnos por estas “tonterías”. Como siempre, la gran damnificada es la naturaleza.
No lleves ningún plástico susceptible a salir volando (bolsas, films, etc.).
No fumes en la playa o, si lo haces, lleva un cenicero (los hay portátiles) y tira las colillas a la basura.
Las dunas desempeñan muchas funciones en la naturaleza: disipan la energía del mar, son el hábitat de muchas especies, etc. No las pises, ni las uses como refugio del viento para tomar el sol. Sin querer, estarás molestando a muchas especies.
Una playa limpia no es aquella que se limpia con medios mecánicos, esa es una playa muerta. Colabora en su limpieza. Si disfrutas de ella, devuélvele todo lo que te da. Si ves basura en el suelo, retírala. Te sentirás mejor y la playa también.
A menudo, cuando buscamos playas o calas vírgenes para nuestro momento zen o para captar una fotografía para nuestras redes sociales, nos pasamos todo por encima sin importar que estemos en un área protegida y creamos, con nuestra presencia, un conflicto. Sé respetuoso con el medio.
Cuando se realice una actividad en la playa, ésta debe estar siempre supervisada por técnicos, que crearán unas pautas que todos los asistentes deber seguir. Leed las normas y respetadlas. Nuestros deportes son respetuosos con el medio ambiente, pero no todo lo que los rodea. Colabora.
Respeta los accesos a la playa, camina un poco más para llegar a tu destino favorito. Tu playa te lo agradecerá y tu salud también.
Denuncia cualquier actuación negligente: vehículos por la arena o cualquier uso inadecuado que observes
Únete a cualquier movimiento o actividad de concienciación medioambiental. Sin duda, ahí conoceréis gente que os abrirá nuevos caminos y descubriréis, por ejemplo, de donde sale la basura que llega al mar